Y a ti... ¿Por qué te gustan gordos?

Menos mal que a otros amigos les pasa lo mismo, si no, hacía tiempo que me había roto la camisa de cuadros que me compré en H&M (su baja calidad hace que las puedas hacer jirones con sólo desearlo). El caso es que últimamente, hablando por chat, parece que a la gente le cuesta entender el castellano.

Y no hablo del castellano que puedes encontrar en los facsímiles de Góngora o Quevedo , que mira, si chateara así no me extrañaría que me dieran sopa con ondas a las primeras de cambio, pero no, como uno es perro viejo en estas lides, ya sabe de antemano por dónde tira la liebre, y para ahorrarnos tiempo a ambas partes, ante propuestas de personas que físicamente no te interesan (admitámoslo, la amistad es muy bonita y bla bla bla pero lo primero que te entra por los ojos es el físico) se suele contestar de forma muy educada que nuestros caminos discurren por sendas totalmente diferentes. El ying y el yang vaya.

Como digo, hay algunos que no tienen las entendederas suficientes como para asimilar semejante argumento. Y qué insistencia se gastan los jodíos. Ya les puedes decir que te gustan las mujeres que ellos erre que erre, como el gran Joe E. Brown en "Con faldas y a lo loco" cuando Jack Lemmon se quita la peluca y le suelta que es un hombre: "nadie es perfecto" contesta el bonachón de Joe. Pues éstos igual, pero sin la misma gracia.

Lo verdaderamente molesto de mantener una charla con tipos así es que te hacen realizar un esfuerzo extra de paciencia. Te dices a ti mismo que vas a seguir conversando hasta que encuentres un hueco donde despedirte en la conversación y olvidarte. Sueles comenzar con un "lástima que no seas más gordo, porque para tener ya 56 kgs no estás nada mal ¿eh?", y entonces el interlocutor se empieza a dar cuenta de que algo no encaja, y trata de indagar más: "¿y cómo te gustan de gordos?", y uno que es educado y paciente, como digo, piensa que la pregunta es sólo curiosidad por el mundo oso, de los gorditos en fin, y contestas: "pues me gustan algo más gordos que tu, de 110kgs en adelante...", y en la mayor parte de los casos, la siguiente pregunta es la manida "¿Y por qué te gustan gordos?". Es en este momento cuando las pelotas empiezan a hincharse, y te dan ganas de responder haciéndote el guay en plan Eduard Punset, soltándole el rollo genético y tal, pero te resistes y especificas que te gustan gordos porque te gusta coger carne y no unas baquetas para el tambor. Pero ellos ni se inmutan, como si hubiera pasado una tía en bolas delante de ellos, hasta que realmente rematan la faena, que es cuando después de haberte dado la tarde, acaban diciendo: "bueno, en realidad estoy más gordo que en esas fotos que son de cuando tenía 19 años", y el gachón tiene 58 tacos ya... agárrate los machos...

A mí sólo se me ocurren dos razones que justifiquen semejante actitud: o la gente suspendió gramática durante toda su vida o les importa muy poco lo que se les diga porque su lema en la vida es ir a "piñón fijo". Quiero pensar que es la segunda opción, porque en el colegio mi profesor de lengua era gordito, cuando se ponía a explicar los "hiatos" en la pizarra le marcaba un culo que no veas y me daría mucha pena que tanta bondad repartida en persona tan pequeñita no hubiese tenido la recompensa de al menos sentir que alguien atendía sus explicaciones. Aunque fuera sólo, o exclusivamente, porque tenía enamorado a los futuros chasers y ositos bollos de la clase.