28 abr 2017

No seas mamarracho y usa Byly Macho

Cartel promocional robado de tumblr fotografiado en Carrefour.
El odiado calor está aquí y las fiestas con focas peludas empiezan a salir como setas por el panorama patrio, lo cual no es malo per sé, pero hay mucho cerdo por el mundo y algunos se gastan tanto dinero en ir de marca, que olvidan el desodorante. En el supermercado se pueden comprar muchos productos para no convertir cualquier cuarto oscuro en una cámara de gas, pero muchos de esos espantaolores son para mujeres, unisex o para heteros, ninguno específico para el oserío. Pero eso ya forma parte del pasado.
Así estaba yo antes, triste y abatido, por no encontrar un desodorante adecuado a mis necesidades bear.
El otro día llegó finalmente a mi pueblo el mayor invento de este siglo con casi un año de retraso. Asomaba a las estanterías de los supermercados de Badajoz byly Macho, el auténtico olor a hombre muy hombre amante de los hombres muy hombres. Vamos, el producto perfecto para ese rollo bear tan amante de la masculinidad, y avalado por el normalizador Eliad Cohen.
Aquí está Eliad, normalizando el uso del desodorante para machos normalizados, con pose normal para ir a comprar el pan. Bueno, es otro pijo marica con pasta, tendrá chacha que haga esas cosas de pobres. Y seguro que no come pan.
Yo antes usaba el byly normal, y claro, lloraba con las películas de comedia romántica, escuchaba música clásica, vestía con tonos pastel y tenía más pluma que un edredón nórdico. Pero desde que uso byly Macho he visto cambios sustanciales en mi comportamiento. Ahora voy por la calle y miro a las tías heterosexuales y les digo guarradas (estilo: ese bolso apesta a 2016, tu base de maquillaje te hace parecer asiática o tienes las puntas abiertas, cosas de machos), escupo en el suelo, uso zapatillas NB y me dejo crecer el pelo de los testículos casi un milímetro. Está claro que he sido influenciado por la masculinidad exultante de byly Macho.
Osito anónimo antes de usar byly Macho.
El mismo osito anónimo de antes, una hora después de usar byly Macho.
Y eso es todo por ahora, que me tengo que ir a cortar un árbol y luego ir a pelearme con alguien en el fútbol. Espero que alguno de vosotros lo pruebe y me cuente si ahora se siente tan masculino y osazo como me siento yo en estos momentos. Y por favor, que esté entre los regalos que hagáis a vuestros amiguitos, a ver si es posible ir un día a una fiesta bear y que no huela a animal muerto, que parece que algunos sois alérgicos al agua.
¡Saludos!
Otro tío bueno alérgico a la higiene, entre los pelos largos de los huevos y el pestucio a requesón, creo que mejor me voy a casa a ver HBO.

20 abr 2017

11 abr 2017

Cine bear. Hoy: The horny daddy

En bebearmyfriend ya sabéis que nos encanta el cine de autor, de minorías, ese cine que repudia a las masas y cuanto más sopor nos provoque, más fascinante nos parece ahí escondido en el fondo del cubo de la basura.
Sin embargo, cuando una obra maestra que nadie más ha descubierto aparece ante nuestros atónitos ojos, hemos de presumir de ello y pavonearnos como el vulgo, proclamándolo a los cuatro vientos mientras gritamos...¡Attica... Attica...!
En fin, que se os va mucho la olla ¿cómo os vamos a hablar aquí de cine independiente si solo nos interesa que salgan gordos? Por mí como si es una mierda y la han rodado con un android. Mientras haya carne, ya puede ser muda que ni me inmuto.
Y hablando de mierdas, os traemos una película en la que sale un viejo chocho en bolas. Ya está. Si queréis saber más pues oye, os váis a la wikipedia o a imdb y os hacéis los interesantes. Pero vamos, que esto va de un pueblo en Alemania (supongo, es que la he visto sin sonido mientras escuchaba la bso de La la land) y se muere alguien, y un niño con el mocho de una fregona en la cabeza está muy compungido y a la vez muy enchochado de una paleta con las tetas más pequeñas del mundo, y al final se la tira.
Por el medio están las viejas del lugar, que parece que te fueran a preparar la cena sacando a mordiscos los peces del lago, pero en el fondo están también con un calentón del quince que no veas, y como son heteronormativas pues tienen que esperar a que sus maromos estén con ganas de meterla en caliente para recordar lo que era un polvo.
En medio de toda esta basura hay un forense  con el pelo asquerosamente lacio y sucio, y nuestro gordito que no sé por qué razón se pasea desnudo por el pueblo, aún así como no soy de hacer muchas preguntas pues lo comparto con vosotros, y ya si eso os hacéis vosotros vuestras cábalas, que a mí me da pereza.
La peli está en youtube con una calidad medianamente aceptable...
 

De todas formas ya os digo que lo único que llama la atención, si es que os gustan los vejestorios gordos sin culo, son unos gifs con Hans (voy a llamar al gordito así porque es un nombre como muy alemán. Barajé Otto pero se me venía a la cabeza el perro de Dorothy en El mago de Oz), así que aquí van.
En bolas y con el culo plano, no pintaba nada bien la verdad...
En Alemania es muy normal areglar el techo de tu granero en bolas, para que la paja se te meta por el culo.
También es normal que tu mujer no se excite lo más mínimo ante tan grotesca visión.

Hans explicándole a su señora tonterías que no interesan a nadie.
Hans de perfil, con catiuscas y con pubis a lo afro. Anti morbo.
Hans tirando de una vaca que arrastra un féretro. No preguntéis.
Mostrando músculo y tetazas (es coña).
Desenterrando algo. Está claro que quiere que le metan de todo menos miedo.
En Alemania es normal restregarte la cebolleta con los señores que pasan por la calle.
Hans haciendo como que le coge el sombrero a Wolfgang, pero en realidad le estaba poniendo la cabeza en la polla.
Y eso es todo. Un nuevo hallazgo cinematográfico que hará las delicias de algunos y que seguramente, hará vomitar al resto. A mí últimamente me va el rollo daddy, así que creo que lo pondría mirando a Calatayud, o bueno, como sea que se llame la región homóloga a Calatayud en Alemania, que debe ser Lipsia o Duisburgo.
¡Que disfrutéis!

4 abr 2017

¡Esto nos pasa, por un país sin grasa!


En España la televisión no trata bien a los gordos. Es un hecho constatable fácilmente con tan solo echar un vistazo a lo que las cadenas ofrecen, con la excepción de Terelu Campos y su madre, los gais que no se aguantaban desde el primer día en Casados a primera vista o el insoportable  Flo en una cosa que hace por las tardes para competir con Zapeando, y que se está comiendo dos mierdas. Pero vamos, que ninguno de estos cuenta para nuestros intereses pajeriles.


Nosotros querríamos ver carnaza de la buena mientras estamos cenando, aunque fuera en los anuncios, y en ese sentido tenemos mucho que aprender todavía de lo que hay fuera de nuestras fronteras. Y es que como siempre, buscando videos de gordos en bolas o con el culo en pompa información para mi píldora informativa de la clase de macroeconomía, me he dado cuenta de que en el extranjero sí que saben valorar las lorzas bien puestas y unas tetas flácidas.
He recopilado algunos de los videos que he encontrado para que España se dé cuenta de que aún nos queda mucho camino por recorrer en este planeta gordofóbico y acomplejado.

El primer documento gráfico que os traigo viene de Brasil (supongo, porque hablan así como raro y me dan ganas de bailar samba y tomar caipirinha) y sale un gordo enseñando los pechos como una vulgar guarrilla.


Algo le pasa con un tatuaje que tiene en la espalda que no le debe hacer gracia porque grita mucho y pone cara de malote, pero luego deja que el chaser le chupe los pezones. Bueno esto útlimo es una licencia, pero podría haber pasado en la realidad.


Otro documento que nos demuestra que el rollo oso está mucho mejor implantado en Brasil (nuevamente supongo que es ese país porque no entiendo nada, ni falta que me hace)  es este anuncio, porque el protagonista de algo para quitar las manchas de semen de la pared es un gordito con cara de oler a mierda y que tiene menos ritmo que una canción de Álex Ubago (los que se acuerden de quién es Álex Ubago).


Eso sí, el madurito tiene gracia dentro de su ineptitud para bailar, y la melodía es divertida y nos hace querer bajarle los pantalones y descubrir si el rabo es tan movido como él.


Sé que lo habéis flipado con estos dos primeros chicos, pero os he dejado lo mejor para los siguientes. Porque el colectivo bear no puede seguir siendo ninguneado de esta forma en tierras hispanas, por tanto reivindicamos que la publicidad que nos amarga la sobremesa, al menos nos amargue también por donde lo hacen los pepinos.


Observad la preciosidad de este osito cargando sus cosas a la espalda, con sus tirantitos y su lacito al cuello, a punto de ser mancillado como un guarrino. No sé lo que vende, ni sé que es ipiranga, y la verdad que en lo último que pienso cuando lo veo es en averigüarlo. Al final sale con traje de chaqueta y bigote poco favorecedor que cuando se lo quita, y viendo cómo queda el conjunto final con ese pelucón anti-morbo, me dan ganas de vomitar, pero en fin...


Y como no me quedaba yo tranquilo después del sabor agridulce del video anterior, he removido cielo y tierra hasta que he encontrado algo un poco más consistente. Y aquí está, medio en bolas mostrando su barriga y sus tetas turgentes, y esas piernas un poco de palillo que le perdono porque me pone tó burro.


No me digáis que no está para comérselo con su pajita en la boca, morisqueándola como si fuera mi falo, y con ese poquito de pelo en el pecho que hasta da penita de verlo tan solo entre tanta piel blanca...


Por último, y os dejo ya tranquilos con este tema, otro gordito maduro al que al parecer, usan sin ningún tipo de escrúpulos para vender tuberías y cosas para el baño. Yo le hubiera puesto a anunciar consoladores y lubricantes que también van muy bien para el baño, pero bueno, yo no mando y total, tampoco voy a comprar nada.


Esos brazos peludos, esa barriga incipiente, esa cara de haber aprobado la ESO por los pelos, esos zapatos del Seaside... Por cierto lo del fondo son mujeres, y lo que tiene al lado es otra mujer, por si no os habíais dado cuenta.


Yo voto porque aprendamos de lo que hay en el exterior, que ampliemos miras y dejemos que los gordos, grasientos y peludos varones que habitan este planeta desde hace millones de años, fagociten muestro mundo y entren en nuestras vidas aunque sea con fines mercantilistas. No vamos a soltar la pasta solo porque nos pongan cachondos, ¡que no somos heteros! pero al menos nos mantendrán pegados al sillón con el mando en una mano y el rabo en la otra.