24 mar 2018

Penitencia osuna


Este domingo es domingo de rabos. Los amantes de la semana santa estarán escandalizados y tal por mancillar su fiesta con un vulgar juego de palabras, pero es que dedicarle un domingo entero a un jugador del Madrid tampoco me parece correcto.
-Chacho, que este domingo es domingo de rabos
-Y a mí qué me cuentas si yo soy del Betis...
En fin, que el rollo oso debe congratularse porque es en fechas tan señaladas cuando todos podemos ligar más, y los bares se inventan fiestas absurdas para que la gente acuda en masa a consumir y a gastarse los cuartos después de ver las procesiones, y al final todos ganamos. Hasta los creyentes ganan emocionándose  por los cuatros días que se van a ir con los amigos a cualquier casa rural a fornicar y confraternizar en nombre del Hacedor.
Yo hubiera preferido un cluedo al lado de la chimena, esto de meterte un sillín por el culo no lo veo...
Y es que las procesiones molan mucho en todos los sentidos. Ves un montón de gente bastante buenorra por la calle, y si vives en Sevilla los gorditos van con traje y les da un punto más a su sex appeal, el rollo es que luego en la sauna quitarte tanta parafernalia es más pesado pero bueno, después de un paso por la cabina y un baño de semen, la vuelta a la rutina religiosa se hace más llevadera.
Además, si eres costalero y te lo montas bien, puedes ponerte detrás del gordo que te gusta y restregarle la cebolleta cada dos por tres. O qué os pensábais, ¿que cuando véiais a esa gente salir de debajo del paso sudando como cerdos y jadeando atropelladamente era por el esfuerzo de levantar tanto peso? No hijos no, es por el calentón que llevan acumulados desde que se meten y empiezan a rozarse los unos con los otros, que los fajines que llevan, algunos lo llevarán para cuidar la espalda pero otros los usan para ocultar el rabo tieso con precum.
Si cruzas las piernas el empalme se nota menos.
El caso es que hasta por las redes sociales, la semana santa ofrece alternativas para mejorar la vida sexual bear. En facebook raro será no encontrar quien escriba"qué solito voy a quedarme estas fiestas tan llenas de devoción y sacramento, ¿quién desea empalarme para expiar mis pecados?", o el típico "odio estas fiestas, menos mal que vienen mis amigos de EEUU con un cargamento de condones y lubricante para hacerlas más amenas" acompañando al comentario con el gif de un tío andando altivamente y el texto "haters gonna gate". Y en growlr verás cómo los osos de los alrededores se multiplican  por tres, con lo cual las posibilidades de limpiarte el sable son mayores, sobre todo con heteros, que la vida marital y comer pussies está muy bien pero de vez en cuando un rabete en el culo les sienta de maravilla.
Métemela sin mancharme los gayumbos que como lo vea Carmencita me pone la cabeza como un bombo con sus tonterías de celos otra vez...
Resumiendo, la semana santa son todo ventajas: hay puente, ligas más, los quioscos hacen su agosto vendiendo pipas y si te haces una paja entre la muchedumbre, no se nota porque la corrida se confunde con la cera de las velas.
A disfrutar, que solo es una semana al año.
Esto de ser gay y católico es una penitencia, que os lo digo yo.

14 mar 2018

Soy pobre, pero me estoy pensando lo de honrado

Birra de quedada. Speedo de tienda de Torremolinos. El perfecto pobre.
No sé si os suena la tontería esa de que los homos somos gente pudiente que se pasa todo el día en quedadas metiéndola en caliente a todas horas y comprando NB´s cada dos por tres. Si eres promotor de quedadas bear eso es cierto. Si no, puede que seas el típico oso con un buen trabajo ganando pasta por un tubo que chulea a todos por doquier mientras el resto lo miramos diciendo "¿dónde irá este tonto laba con los calzoncillos de Calvin Klein si son del top manta?". Pero la triste realidad es que la gente como yo es pobre, y os digo, ser pobre es aburrido.

Una vez conocí a un pobre, ¡era tan working class! jajaja.
Primero porque compras ropa barata en tiendas cutres como Massimo Dutti o Springfield, y cuando te tomas un café con tus amigos ricachones te miran por encima del hombro como si tuvieras la peste. Y claro, como no puedes agenciarte unas NB guapas, haces el ridículo porque ni pareces gay, y te llaman hetero y otros insultos peores como "hiedes a pobre".

Y que no se te rompa la ropa, porque al menos de tanto lavarla parece desteñida y como ha vuelto el rollo hispter con todo roto y desaliñado, das el pego, pero no te olvides de no enseñar la etiqueta, que es la prueba irrefutable de que eres pobre. Con los años ya no sabes si tienes que lavarla en frío o a 30º...
No hace falta mirar la etiqueta. Este bañador fue tendencia en los noventa.
Si quieres viajar y hacerte el interesante tienes que hacinarte en el autobús oliendo a choto por todos lados, y esperar que nadie se haya corrido en tu asiento. Luego aguantar cuatro o cinco horas de viaje viendo campo y corriendo cada dos por tres la cortina para que no te pegue el sol en la cara, y por supuesto, esperar que el del asiento de delante no se eche mucho para atrás y te rompa las rodillas.

Yo viajo así en business class. Abiertito, que corra el aire.
Y nada de lujos asiaticos en alojamientos. Hostales y pensiones de mala muerte donde puedes pasar un fin de semana oliendo a rata muerta escondida en el armario, con toallas que además de no secar, te exfolian la piel. Porque pelos en las sábanas hay en todas partes, lo de llevar cofia o un gorrito debe ser demasiado en estos sitios, pero que la cama chirrie cuando estás dándole que te pego al gordo de turno... cosas de pobres, lo que decía.

Joder con el baño compartido...
¿Sabéis qué os digo? Mañana me hago escort, y me dejo de tonterías. 3.000€ por mirar cómo me la casco, 5.000€ por escuchar sus penas y 9.000€ por dejarle que mancille mi pene. Ya sé que son tarifas algo elevadas, pero chicos, cuando se es pobre, el hambre es mu mala.

El metro es guay, dicen... pues cogedlo vosotros, no te jode...

7 mar 2018