1 ene 2015

¡Bon voyage 2014! ¡Welcome 2015!


No os acordáis como es lógico, pero el año pasado, tal día como hoy, esperábamos que este año no fuese una plasta de cabra como lo fue 2013. ¿Hemos cumplido ese noble propósito? La respuesta es: Un coño pa mí.
He vuelto a caer vilmente sobre la misma piedra. El fracaso se ha instaurado en mi día a día y llevo camino de convertirme un paria social. Además, facebook ha empeorado mi nivel de vida haciendo que cualquier paso que dé pueda ser el último de mi existencia. Si me descuido me rebanan el prepucio. Y sin prepucio ¿qué puede hacer un oso en esta vida? ¡Sería el oso desprepuciado y todos se reirían de mí en la sauna!

Y la sauna no me la toquéis que es lo único que da alegría. Eso, y reirnos hasta de nuestra propia sombra.

Este año me he propuesto vivirlo a tope. Voy a recorrer Badajoz con mi Harley Davidson del 74 y comerme a bocados cada rincón que me ofrezca.

Es coña.

Me voy a fundir el dinero en prostitutas y luego les escupiré por ser unas guarras. Luego pillaré a un chapero y le diré que la tiene pequeña, le daré una paliza si no me devuelve el dinero y después iré a la iglesia a confesarme por todos mis pecados. Pegaré fuego a la iglesia con los feligreses dentro y me quemaré a lo bonzo.

Es coña. No me pienso quemar a lo bonzo.

Por tanto, mi propósitos para 2015, ahora en serio:

Comer más sano, mucho potasio.

Beber menos, pero saboreándolo.

Mostrar siempre la mejor de mis caras.

Hacer nuevas y entrañables amistades.

Tomar calcio y colirio.

Disfrutar algo más de mi tiempo libre.

Disfrutar de una foto de un gordo en un baño sin inodoros por medio.
2015 es una bonita cifra. Tiene que ser nuestro año. Y si no lo es, pues chicos, qué queréis que os diga, tiráos de un puente, folláos a un tío con ébola o quemaros a lo bonzo, que es lo que haré yo llegado el caso.
¡Feliz año nuevo! ¡Montones de abrazos y smoochies!





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